Buenas tardes.
¡Qué bien se siente estar de vuelta en mi México lindo y querido!
Les agradezco por estar aquí a mi llegada. Éste es un momento de gran orgullo para mí. Primero, porque tengo el honor y el privilegio de llegar a México como Embajador de los Estados Unidos, como parte del gobierno del presidente Biden, quien reconoce la importancia de nuestra relación bilateral para la prosperidad de América del Norte.
También estoy muy orgulloso porque mis raíces mexicanas siempre han estado presentes en mi vida y en la de mi familia. Pero, me da todavía más orgullo, al pensar que un niño que creció en un rancho sin luz ni teléfono en el Valle del Río Grande en Colorado, en donde aprendió español por sus padres y su familia, recorrió un largo camino, ahora representa a los Estados Unidos en la tierra de sus ancestros. Una tierra que nunca dejamos porque mi familia no cruzó la frontera, sino que ésta nos cruzó a nosotros.
Este camino lo he recorrido junto con mi familia y colegas, a quienes les agradezco por acompañarme a lo largo de los años. De manera particular, quiero reconocer a mi esposa Hope, mi Esperanza, así como a mis hijas Melinda y Andrea, mi yerno Blake, y mis nietas Mireya y Selena, quienes han sido el impulso que me ha llevado a destinos maravillosos como éste.
Este gran país que conocí primero por mi familia, que estudié en la universidad y que visité, tanto de manera personal como en mi posición de Secretario del Interior, es parte de mis raíces.
En la Administración Biden-Harris estamos listos para una nueva era en la relación bilateral. Vemos al futuro sabiendo que nuestro porvenir está profundamente entrelazado.
Llego a México con enorme orgullo. Casi 40 millones de personas en los Estados Unidos tienen raíces mexicanas. Reconozco esa historia que nos une y nos da identidad. Una de cada cuatro personas de origen mexicano vive en los Estados Unidos y México es el lugar donde más estadunidenses radican fuera de nuestro país. Somos vecinos por siempre.
También estamos profundamente unidos por nuestra economía. Los sueños en ambos lados de la frontera son los mismos: prosperidad, empleos y seguridad. Asimismo, nos une el deseo mutuo para conservar el medio ambiente y aspirar a un futuro más sustentable para América del Norte y en todo el mundo.
Sabemos que juntos somos más fuertes porque unimos las capacidades, los sueños y las esperanzas de ambos pueblos.
Llego a México con el orgullo de mis raíces mexicanas y estadunidenses, de nuestra historia compartida y del futuro próspero que juntos habremos de construir.
Me dará mucho gusto poderme reunir con el presidente López Obrador para presentarle mis cartas credenciales, así como para dialogar con mis colegas del Gobierno de México y trabajar en beneficio de nuestros pueblos.
Les agradezco nuevamente por estar aquí. Somos dos naciones con un mismo pueblo.
¡Muchas gracias!