Doscientos cuarenta y seis años atrás, los Estados Unidos declararon su Independencia, con una visión que proclamó “como evidentes estas verdades: que todos los hombres (y mujeres) son creados iguales…”
Hoy, esta nación que se creó en libertad se pregunta, “si esa misma nación o cualquier otra nación así concebida y dedicada, puede resistir por mucho tiempo”. Eso fue lo que también preguntó el presidente Abraham Lincoln en 1863.
¡La respuesta es un fuerte SÍ!
La respuesta es un sí para siempre.
Mientras abordamos los retos que enfrenta la democracia en el mundo y analizamos el camino que los Estados Unidos han recorrido en estos 246 años, reafirmamos que la mejor forma de gobierno para crear libertad, justicia y buscar la felicidad es la democracia.
Hoy, aquí en México, celebramos 200 años de la relación entre México y los Estados Unidos.
También reconocemos que estamos profundamente unidos por nuestros lazos geográficos, económicos y familiares.
Somos dos naciones, con un futuro compartido. Y tengo optimismo en este día en la relación entre nuestras naciones.
Tengo optimismo por lo que hemos logrado juntos con el sector privado, los gobiernos federales y estatales, los periodistas, la academia y la sociedad civil.
Tengo optimismo porque nuestra integración económica se vuelve más profunda a través del T-MEC.
Tengo optimismo porque enfrentamos esta pandemia y protegimos a nuestros pueblos.
Tengo optimismo de que nuestros países serán los líderes en el combate al cambio climático y apoyarán las energías limpias.
Tengo optimismo para que construyamos una frontera moderna, segura y eficiente.
Tengo optimismo por los logros históricos en el combate al crimen organizado.
Tengo optimismo porque abordamos a la migración como un reto compartido y hemos hecho un frente común contra los traficantes de personas.
Tengo optimismo por el Bicentenario de nuestra relación bilateral porque nació bendecida un 12 de diciembre.
Tengo optimismo porque reconocemos nuestra historia compartida.
Tengo optimismo porque trabajamos juntos en un futuro próspero, esperanzador y brillante para nuestras familias en los dos países.
¡Tengo optimismo porque hemos reconocido que juntos somos más fuertes!