Es un enorme placer para mí estar aquí con ustedes esta tarde. Es especialmente un placer que esta sea la cumbre organizada por la Fundación Miguel Alemán, aquí veo a Don Miguel; él y su distinguida esposa Christiane fueron grandes amigos de mis padres, así es que para mí éste es un evento muy especial, y me gustaría honrar esa gran amistad que sostuvieron durante tantos años. Les agradezco siempre por su amistad hacia mi familia.
Mi rol como embajador de Estados Unidos es bastante complejo porque la relación es bastante compleja. No es como en otros países donde la relación es unidimensional. Aquí hay muchos aspectos distintos de la relación. Y por eso yo he identificado ciertas prioridades, porque si no, uno se pierde. Siempre hay una crisis del día en lo que sea. Puede ser en el río, hay basura en el Río Bravo, puede ser cualquier cosa. Así es que mis prioridades creo que no cambian tanto a través de los años, a veces alguna recibe algo más de peso pero, en general, yo creo que son las prioridades constantes de Estados Unidos:
Una es el comercio y la inversión, y ahí yo sé que el Dr. Seade nos va a hablar de lo último del T-MEC, él ha estado en Washington mucho más recientemente que yo. Es realmente como tú dijiste Eric: es algo impresionante el tamaño de la relación comercial. Cuando yo era un joven en los años setenta y ochenta, México tenía una economía más bien cerrada, y que México haya llegado a ser el socio comercial número uno de Estados Unidos es realmente increíble. Y hay muchísimas oportunidades, yo creo, para incrementar ese comercio más aún. México necesita inversión, nosotros tenemos inversionistas interesados en el país, así que creo que hay una situación “gana-gana” en ese tema.
La segunda prioridad para mí como Embajador es el tema de la seguridad: el narcotráfico, la violencia, la corrupción, todos estos temas entrelazados. Justamente ahorita vengo llegando de una reunión con el equipo de seguridad del gobierno, con el Secretario de Seguridad Durazo, el Canciller Ebrard, el General Sandoval, el Almirante Ojeda; estuvimos, obviamente, platicando de qué vamos a hacer para controlar el flujo de armas que yo reconozco es un problema para México. Hay medidas que yo creo que podemos implementar de manera conjunta, y que se necesitan implementar de manera conjunta porque ninguno de nuestros dos países lo puede hacer solo.
Mi tercera prioridad es la migración. Tuvimos una crisis hace algunos meses. Creo que ya estamos cooperando muy bien los dos países. Ambos países tienen que cambiar un poco sus reglamentos y su manera de aplicar sus propias leyes migratorias. Porque enfrentamos un problema muy nuevo, que son los flujos masivos de ciudadanos de terceros países que entran a México para después entrar a Estados Unidos, esto es un fenómeno nuevo que necesita algunas respuestas nuevas. Yo veo mi rol como Embajador enfocarme en estos temas principales, y no distraerme con cada crisis del día que haya. Pero también para conocer, para tener relaciones profesionales y personales con el gobierno y el pueblo, la sociedad civil aquí en México que es una sociedad muy desarrollada y muy culta. Para mí es un enorme placer estar aquí.
Disculpen la respuesta muy larga, pero era una pregunta bien abierta.
PREGUNTA: ¿Cómo ve los desafíos para esta gestión? Puede platicar un poco de los ámbitos del comercio y migración…
EMBAJADOR: En materia comercial el gran desafío ahora es tratar de promover la ratificación del tratado T-MEC por el Congreso de Estados Unidos. El Congreso mexicano ya lo ha aprobado y como Administración estadounidense estamos trabajando con los congresistas, el encargado de asuntos comerciales de la Presidencia, el USTR, está en contacto continuo con nuestro Congreso. Para mí es un poco frustrante porque es algo fuera de mi control. Como embajador no es algo que yo pueda hacer porque, obviamente, eso ahora es cuestión del poder legislativo en nuestro país. Pero yo les puedo decir de todo corazón que en nuestra Administración en Estados Unidos estamos tratando de hacer todo lo que podemos para asegurar la ratificación del tratado, el cual estamos absolutamente convencidos es de “gana-gana” para ambos países.