Por: John Barsa, Administrador Adjunto de la USAID
Cuando una crisis de salud mundial surge, Estados Unidos no espera a ser llamado; respondemos con ayuda y apoyo.
A lo largo de la historia, cuando el planeta se ha enfrentado a situaciones de crisis, Estados Unidos siempre ha actuado con valentía para salvar vidas y mantener y fortalecer un mundo libre, pacífico y próspero. Los programas de ayuda exterior a través del Plan Marshall, el Cuerpo de Paz, la Corporación del Desafío del Milenio, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (PEPFAR por sus siglas en inglés), la Iniciativa Presidencial contra la Malaria (PMI por sus siglas en inglés) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) han ayudado a millones de personas a través del mundo.
Por más de medio siglo, el Gobierno de los Estados Unidos ha sido el mayor contribuyente del mundo a la seguridad de la salud mundial y a la asistencia humanitaria, habiendo invertido más de 140.000 millones de dólares. Estuvimos en primera línea en la lucha contra el Ébola. Apoyamos a las comunidades en la batalla contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria. Y ahora estamos prestando asistencia inmediata en respuesta a la pandemia de la COVID-19.
En resumen, Estados Unidos actúa.
Siempre lo hemos hecho. Lo haremos siempre.
Contributions of USAID to the Fight Against COVID-19
Desde la aparición del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a finales del año pasado en la República Popular China, la USAID y el Departamento de Estado de los Estados Unidos han comprometido más de 1.300 millones de dólares en asistencia sanitaria, humanitaria, económica y de desarrollo, destinada específicamente a combatir lo que se ha convertido en la pandemia de la COVID-19. Este financiamiento, proporcionado por el pueblo estadounidense a través del Congreso, está ayudando a salvar vidas en más de 120 países al mejorar la educación de la salud pública, proteger las instalaciones de atención de la salud y aumentar la capacidad de los laboratorios, la vigilancia de la enfermedad y una respuesta rápida.
Los estadounidenses han invertido más de 85.000 millones de dólares en la lucha contra el VIH/SIDA a través de PEPFAR, el mayor compromiso de cualquier nación para hacer frente a una sola enfermedad en la historia, y cientos de millones más para luchar contra otras enfermedades mortales, como el Ébola y la tuberculosis, a lo largo de todo el mundo.
En los últimos 20 años, el financiamiento de la USAID ha ayudado a Gavi, la Alianza para la Vacunación, a vacunar a más de 760 millones de niños, lo que ha evitado 13 millones de muertes. Desde el año 2000, el PMI ha ayudado a salvar más de 7 millones de vidas y a prevenir más de mil millones de casos de malaria en todo el mundo.
Estas inversiones de décadas en la salud mundial han permitido a los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado de nuestros países socios crear capacidad local y fortalecer las instituciones sanitarias y democráticas, para ayudarles a responder mejor a crisis sanitarias mundiales.
En la lucha contra COVID-19, los Estados Unidos actúa de nuevo con audacia y demuestra un liderazgo claro y decisivo.
Equipos de todo el Gobierno de los Estados Unidos -incluidos los de la USAID, los Departamentos de Agricultura, Defensa, Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos y el de Estado, la Corporación Financiera de Desarrollo de los Estados Unidos y otros más- están trabajando juntos como parte de una respuesta de todo Estados Unidos para invertir 2.400 millones de dólares en fondos suplementarios de emergencia asignados por el Congreso en atención sanitaria, asistencia humanitaria, intervenciones económicas, seguridad y estabilización en todo el mundo.
La USAID está prestando asistencia de alta calidad, transparente y significativa a nivel mundial, para dotar a las comunidades locales de las herramientas necesarias para detener la propagación del virus. Por ejemplo, la USAID está proporcionando 23 millones de dólares para adquirir ventiladores para los principales socios y aliados.

Y estas cifras no reflejan la generosidad de las empresas privadas, grupos sin fines de lucro, organizaciones benéficas, organizaciones religiosas y particulares de los Estados Unidos, así como el ingenio de nuestros científicos, investigadores e innovadores.
Las empresas y organizaciones han aportado 4.000 millones de dólares en donaciones y asistencia para combatir COVID-19, que representan casi el 80 por ciento de los esfuerzos filantrópicos mundiales contra la enfermedad.
Nuestra respuesta de todo Estados Unidos es el enfoque correcto porque sabemos que sumar el poder del sector privado y el ingenio individual a los esfuerzos gubernamentales es el camino más seguro hacia el desarrollo sostenible.
Estamos aprovechando la innovación del sector privado en todo el mundo para aplicar soluciones creativas y basadas en el mercado local a problemas de desarrollo. Para facilitar a los innovadores la aportación de soluciones, hemos trabajado con el Global Innovation Exchange para desarrollar un sitio web de la COVID-19 que ofrezca un centro de intercambio de innovaciones aplicables a la respuesta, así como una lista de oportunidades de financiamiento relacionadas con la COVID-19.
Adicionalmente, nuestras inversiones previas en innovaciones transformadoras, como el Gran Reto de Lucha contra el Ébola, Digital Square y el Gran Reto de Salvar Vidas en el Nacimiento, continúan proporcionando herramientas de vanguardia para apoyar la respuesta a la COVID-19.
Ningún otro país – ciertamente tampoco actores malignos como la República Popular China – puede igualar esta generosidad sin precedentes. El programa de ayuda exterior del Partido Comunista Chino no tiene nada que ver con el desarrollo, y todo con la intimidación, la influencia, los recursos, la corrupción y el poder.
Los Estados Unidos continuará mostrando otro modelo, uno de acción generosa para luchar contra esta amenaza mundial.
Sabemos que en nuestro mundo que está cada vez más interconectado, una amenaza de enfermedad infecciosa en cualquier lugar es una amenaza en todas partes. Estamos orgullosos de las inversiones de los Estados Unidos en la salud mundial que están salvando las vidas de millones de personas cada año y siguen siendo uno de los mejores movimientos estratégicos que podemos hacer, no sólo para la salud y la seguridad de los Estados Unidos, sino también para el mundo.
Estados Unidos actúa.
Sobre el autor
John Barsa es el Director en funciones de la USAID.